18/10/2019. "Para los pobres...NO hay papeles"
Nuestro día a día está
entrelazado con la vida de los inmigrantes que viven con nosotros. Seguramente.
la fruta y la verdura que comemos está recogida por hombres y mujeres que
llegaron de África. Posiblemente la persona que limpia nuestro portal o cuida
de nuestros padres mayores o de nuestros hijos pequeños vino de América, o el
camarero que nos atiende en un bar es un inmigrante. Ellos están aportándonos
riqueza con su trabajo y nuestro mundo de viejos ya no es posible sin su
aportación.
En muchos casos estas
personas llegan a España después de someterse a una perversa selección
resistiendo el tormento de un viaje a través de desiertos, mares y muros,
sometidos a extorsiones o cayendo en las redes de la trata de seres humanos. En
este camino se quedaron decenas de miles de personas que murieron en silencio.
Los migrantes no
abandonan a sus familias y dejan sus países por capricho. En muchos casos
vienen de lugares con muchas riquezas naturales, que han sufrido siglos de
colonialismo y que en la actualidad soportan la explotación de las empresas
multinacionales. Esto les ha quitado los medios para vivir dignamente. Otros
muchos son refugiados que huyen de los conflictos bélicos que arrasan sus
hogares y que ponen permanentemente en peligro sus vidas.
Cuando un inmigrante
llega aquí aún le espera un duro camino enfrentado a la ley de extranjería para
poder conseguir papeles. Este largo proceso en muchos casos le llevará a la
marginalidad y a la explotación laboral; otro eslabón mas del enriquecimiento
de unos pocos a costa de la vida de los mas pobres.
Ellos son a los que
llamamos con desprecio negro, esclavo, sudaka,… porque el miedo al extranjero
se está acrecentando entre nosotros. Ese miedo está condicionando nuestra forma
de pensar y nos está convirtiendo en seres cerrados privándonos del encuentro
con los otros. En este camino nos estamos jugando nuestra propia humanidad;
porque si no somos capaces de reconocer el sufrimiento de los demás, nuestros
valores como sociedad se están desmoronando.
Desde los Círculos del
Silencio queremos denunciar que para los pobres no hay papeles. Por eso
reclamos a nuestros gobernantes una política migratoria que sea respetuosa con
los derechos humanos. Apostamos por un mundo en el que cese la explotación de
los países empobrecidos y el robo de sus recursos.
Pedimos a la sociedad
que cambie su mirada hacia los extranjeros, porque son personas como nosotros
que buscan vivir con dignidad y que merecen ser acogidas y reconocidas. No
queremos que nuestra vida se sustente en su pobreza.
De esta manera todos los
seres humanos tendremos el derecho a emigrar o a no tener que emigrar, porque
podremos elegir. Creemos en un mundo sin fronteras en el que las personas
puedan vivir en libertad.