13/12/2011. LIBERTAD DE MOVIMIENTO PARA TODOS

Una vez más nos concentramos en esta plaza de Fuente Dorada para, desde el silencio, denunciar las trabas que desde los gobiernos se ponen a la libre circulación de personas y reivindicar el derecho que toda persona tiene a buscar un lugar en el que pueda desarrollar un proyecto vital digno.

 

El artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Sin embargo, observamos como en distintos lugares del mundo no cesan de levantarse fronteras, sean estas físicas o legales que impiden o dificultan el libre ejercicio de este derecho. De lo que se trata es de impedir que las personas salgan de sus países, si salen, impedir que lleguen, y si llegan, hacer todo lo posible para detenerlos, encerrarlos en centros de internamiento, en ocasiones en condiciones infrahumanas, y repatriarlos a su país.

 

Observamos entre nosotros cómo,  en esta actual situación de crisis, se está legitimando un discurso que nace del miedo, y que justifica políticas restrictivas, cuando no represivas, a la libre circulación de las personas. Así escuchamos que en este momento de “vacas flacas” las personas inmigrantes son un lastre para la sociedad y que sólo son útiles cuando las condiciones económicas son favorables. Entonces los inmigrantes son útiles cuando favorecen nuestros intereses, pero cuando percibimos que ya no es así, lo mejor es mandarlos de regreso a su país y no dejar que vuelvan.

 

Hay otros que dicen que los inmigrantes son la causa de la bajada de los sueldos, del empeoramiento de las condiciones laborales, de la saturación de los centros de salud o de ser los receptores preferentes de las ayudas sociales. Se hace de estas personas chivos expiatorios, responsables de lo que está pasando, cuando en realidad tendríamos que mirar hacia otro lado: hacia una economía cruel que impone cada vez más sus condiciones sin importarle los miles de personas que quedan en situación de vulnerabilidad.

 

Hoy, aquí, en esta plaza, queremos afirmar dos convicciones básicas que toda sociedad debería asumir. El derecho a no migrar, es decir, a poder desarrollar su proyecto vital en el país de origen, y el derecho a migrar, a desplegar su vida en otro lugar, si así lo desea, decisión amparada por la declaración universal de los derechos humanos.

 

Los que han venido de otros países y los que llevamos aquí muchos años, estamos llamados a construir una sociedad común reconociendo lo mucho que nos une y respetando las legítimas diferencias. Por eso pedimos a nuestro gobierno un marco normativo que acompañe el proceso de integración de las personas migrantes y sus familias en una sociedad que ya estaba aquí, pero como realidad dinámica que es, se está recreando continuamente.

 

En esta plaza, lugar de encuentro de los ciudadanos de Valladolid, en vísperas de la jornada mundial del migrante que se celebra el día 18, queremos alzar nuestra voz para proclamar LIBERTAD DE MOVIMIENTO PARA TODOS


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